Vivimos en
una sociedad donde el romanticismo no existe, donde los pintalabios son más
importantes que las personas, donde el dinero es lo único que importa. Y donde
todos somos egoístas. Todos.
Aquí, hay
tres tipos de personas.
Están las
chonis y putas, las que todos conocemos.
Después
están las personas que se quejan de esta sociedad, que van de buenas, y en
realidad, son como las anteriores, las falsas.
Y después
hay un pequeño grupo de personas que vivimos soportando cada día como el primer
grupo nos discrimina, se burla de nosotros. El grupo de los que aguantamos la
sociedad, esperando que algún día podamos ser felices, sabiendo que en
realidad, nuestro destino es vivir eternamente así.
El primer
grupo es la sociedad en sí, son los culpables de que vivamos así. Y son los más
numerosos. Seguro que el noventa por ciento de tu clase es de este grupo.
El segundo
grupo es el que más daño hace. Son los que te hacen pensar que son como tú, los
que te hacen sentir la mejor persona del mundo, los que te dan esperanzas de
vida y luego, te muestran su verdadera personalidad. Sí, como podréis adivinar,
he sido víctima del segundo grupo. Y del primero, también.
El tercer
grupo es el más pequeño y más difícil de diferenciar. Gran parte de nosotros,
somos unos pesimistas, que hemos sufrido demasiado y tenemos miedo a volverlo a
hacer. Somos una panda de cobardes, con miedo a vivir. Unos soñadores.
Aunque en el
tercer grupo también hay unos cuantos, un uno por ciento, que siguen luchando.
Que creen que es posible un mundo feliz. Que son optimistas.
Pero al
final, todos los grupos somos igual de malos. Sí, el tercero también. Porque
como he dicho al principio, somos egoístas. Yo lo soy, y tú también.
¿Acaso me
niegas que muchas veces pasas el día pensando en lo triste que es tu vida? Pues
eso ya es egoísmo, al fin y al cabo,
solo has estado pensado en ti ¿Acaso me vas a decir que cuando decías
que tu vida no valía la pena, te paraste a pensar en la de los niños que no
tienen nada que comer? Podrás decirme que has ayudado a mucha gente, que eres
humilde y bla bla bla. ¿Has ayudado? AJAJAJAJA Que risa. Habrás ayudado a tus
amigos, pero ¿te has parado a pensar en
por qué lo haces? Lo haces para que vuelva a estar bien y poder seguir haciendo
el loco, por lo tanto, lo haces por ti. Egoísmo otra vez. Vale, puedes haber ayudado a algún amigo,
porque realmente te dolía a ti que el estuviese mal ¿Pero no es eso lo mismo de
antes? Le ayudas para estar bien tú.
No me
niegues que has preguntado “¿Qué tal?” sin importarte una mierda como esté el
otro, solo para que te preguntaran “¿Y tú?” y decir mal, para que te animen.
Egoísmo everywhere. Porque como dice mi profesora de religión, lo bueno no está en ayudar a tus amigos, sino
en ayudar a tus enemigos. Y esto no significa que tengas que ir a consolar al
guay que se mete contigo en clase. Significa que generosidad , está en ayudar a
la gente que no significa nada para ti. Así que, desde ahora, cuando veas a una
chiquilla llorando en un banco del parque, cuando veas a una adolescente
perdida llorando en el baño, no huyas, acércate a ella y dile “Todo va a estar
bien” y abrázala. Quién sabe, quizá esa chica, acabe siendo importante para ti,
quizá acabe siendo la que te de fuerzas para seguir.
Puedo decir
que hay personas que realmente ayudan a gente que no significa nada para ellos,
al fin y al cabo, las personas más importantes de mi vida, aparecieron así. Y
creo que, aunque empecé siendo una chiquilla llorica y cobarde, a la que solo
animaban, he conseguido, con el tiempo, adentrarme un poco en sus corazones.
Así que, no te cierres puertas, todo es posible.